Una acción cinegética celebrada en Huesca el pasado 14 de enero por rehaleros socios de ARRECAL sufrió un lamentable ataque que demuestra, una vez más, la actitud de algunos con respecto a la caza. Sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de jornadas organizadas, entre otras cosas, para evitar más daños a los agricultores de la zona.

En concreto la cacería tuvo lugar en el término municipal de San Julián de Banzo y disponía de permiso para cazar la reserva. Aparcada la camioneta en una explanada del camino que va a la ermita de San Martín de la Val D’onsera, se señalizaron correctamente todos los caminos que entraban en la zona de caza. La jornada duró entre las 9.45 y las 16.30.

Fue en ese momento cuando los cazadores se encontraron un carro con 2 ruedas pinchadas y otro carro con una rueda pinchada con varias rajas producidas, probablemente, por una navaja. Sólo la solidaridad de los compañeros cazadores permitió a los afectados conseguir las ruedas necesarias para poder salir del monte en busca de los perros que faltaban. Finalmente, el incidente obligó a los cazadores a prolongar la ya larga jornada hasta las 23.00 horas.

Es necesario recordar que esas cacerías son imprescindibles para evitar daños en la agricultura. Tanto es así que los agricultores de esa zona han llegado a resembrar en hasta 3 ocasiones sus terrenos anexos. Esto hace que el ataque sea, si cabe, aún más incomprensible.