OPERACIÓN PODENCO: A LA CAZA DE LAS REHALAS SORIANAS
Desde hace más de una década, las rehalas son el colectivo que más zarandeos ha sufrido. Primero fueron los centros de desinfección, después todo el papeleo asfixiante que lleva cada perro, los núcleos zoológicos, luego la racia de la Seguridad Social, y desde algunos años el bienestar animal entendido como una estaca con la que sacudir en la espinilla de la rehalas, recobas y jaurías de todas las regiones españolas. El último capítulo de esta serie de mal gusto en la que el protagonista es el sufrido rehalero español es la “Operación Podenco” en Soria. Para los que no sepan de que va la película o les haya pillado cambiando de canal se lo resumiré: en Soria casi una veintena de rehaleros están siendo investigados por la Justicia por un supuesto delito de maltrato animal; el hecho motivador es el corte de orejas y rabo a los perros de rehala, una práctica ancestral y en general beneficiosa para el perro, enfocada a evitar las molestias y sufrimientos propios del trabajo en el monte. De forme sistemática, el foco de la justicia, la lupa de Guardia Civil allí se ha dirigido al humilde rehalero. La lectura negativa es la alarma social que la cosa ha generado y la indignación de los hombres de las rehalas y gentes de Soria; aplicar la pena del banquillo y criminalizar a la gente del perro. Lo bueno, la consecuencia positiva, ha sido la reacción de los rehaleros y de la solidaridad de la sociedad Soriana que ha cerrado filas en torno a sus gentes del perro. Autoridades, asociaciones de hosteleros, administraciones, asociaciones de rehaleros...