Dos hombres, que quien los conoce sabe que son serios, responsables, de mucho carácter y a la vez con gran corazón, y que, ante cualquier problema que les haya surgido en sus muchos abatares monteros, siempre han sabido estar, respetando y haciéndose respetar por todos los compañeros Este es uno de los fines de nuestra asociación de rehalas, y me gustaría que todos los jóvenes rehaleros tomaran como ejemplo a estos dos veteranos, que a pesar de su edad, 77 y 71 años, siguen acudiendo a las citas monteras puntualmente con sus perros batiendo los montes con total profesionalidad, inundándolos con esa “dicha y alegría” que les caracteriza, sin importarles la dificultad que puedan entrañar, con la mismas ganas e ilusión que el primer día.

Empezaron a cazar el jabalí, siendo chavales de 12-14 años, acompañando a los veteranos del lugar, en aquellos tiempos, en que se cazaba por las noches o con nieve con 3 o 4 perros, matando los jabalís a cuchillo. Fue mas tarde a comienzos de los años 60 cuando empezaron a cazar con rehala, con unos pocos amigos, siendo pioneros en Soria en esta modalidad de caza, ahora son otros tiempos, lo que se lleva son las macro monterías, muchas rehalas y demasiados puestos.

Una cosa que destacaría de ellos, es que han sido fieles a una raza mantenido siempre una línea de perros, consiguiendo formar una rehala homogénea y bien encastada, descendiente de aquellos legendarios y tantas veces recordados como: (la “gitana” una perri galga, y aquel alobado el “vili“, la “niebla” del Chinelas, y el “barbas” del Leandro de Covaleda) y que perros salieron de esos cruces, el llamado podenco de pinares¡.
Para concluir, les animo en nombre de sus hijos, nietos, y demás compañeros, a que sigan en este deporte muchos años para que podamos seguir disfrutando y aprendiendo con su compañía.

Estoy hablando de Dº Pedro Mateo Zamora vecino de Almazán y de Dº Hilario Sanz Pérez vecino de Navaleno, del cual tengo el honor de ser hijo suyo.