Al abandonar el primitivo ser humano el bosque y ocupar las planicies y zonas libres de bosques y selvas, tuvo que competir con multitud de animales, primero para protegerse de ellos ya que eran una presa mas, apetecible para muchos depredadores ,su primera actividad fue la recolección y posteriormente se hizo cazador y competidor por los mismos animales que otros predadores más especializados obtenían, bien apropiándose de ellas una vez cazadas o de las carroñas abandonadas, es posible que en esos primeros pasos humanos se dieran cuenta de la posible utilidad y el auxilio que los antiguos progenitores de los perros les podrían `proporcionar, tanto como auxiliares en la caza como defensores de sus vidas y pertenencias, desde entonces el hombre y el perro han vivido juntos haciendo lo que ha unos su instinto y selección les ha dotado y a otros su inteligencia a evolucionado.

La Montería Española es sin dudar la caza mayor practicada en nuestro país único en el mundo por la existencia de la Rehala.
Caza autentica y tradicional, con normas de uso invariables en el transcurrir de los años, la rehala la hace posible por la peculiar configuración de nuestros montes, por los seres que la habitan y porque no por la idiosincrasia de los cazadores Españoles.
Tradición, las normas que tiene la Montería, su vocabulario, los medios que emplea, los ritos de iniciación, y como no las rehalas y las razas especificas que la componen.
Podencos, Mastines, Alanos y sus cruces ,otras razas que en centenares de cruces y usos no hacen sino corroborar la bondad de las razas españolas, presentes entre nosotros desde la noche de los tiempos, miles de años de selección con un solo objetivo, desalojar de lo más intrincado del monte a sus reses, reuniendo en estos seres maravillosos ,olfato, codicia, valor dicha, resistencia y belleza, condicionantes dificilísimos de conseguir pero que unos pocos pueden presumir de la rehala casi perfecta.
El equilibrio de fuerzas que está presente en la rehala debe ser el necesario para encontrar a la res con unos buenos buscas que con nariz y valor lleguen a la pieza, con perros de acoso que la ofrezcan a los monteros con entusiasmo y buena dicha y perros de agarre que llegado el caso puedan evitar con su arrojo y valor bajas en las filas de los miembros de la rehala.
Del resto de razas indudablemente que existen y participan en la montería española pero la tradición creo que obliga a mantener viva la sabiduría de nuestros mayores en su legado nuestras razas.
Qué decir del rehalero, hombre que con sacrificio, muchísima afición y sabiduría es capaz de hacer un bloque homogéneo a su rehala, hacerla requiere muchos años de esfuerzo y mucho desembolso económico, porque la rehala cuesta y mucho es indignante que tantas medidas administrativas obren contra la rehala y su mundo, tanto desde la Administración como de Organizadores y Monteros tratándolo mal en muchas ocasiones, no parándose a pensar que gracias a esos mal llamados perreros, los podenqueros se ha cobrado la res en un lance vibrante que tanta felicidad a dejado al cazador, por desgracia en estos tiempos de prisas y de cazadores que han llegado a la montería sin contar con maestros de enseñanzas y vivencias, olvidan el trato que se les debe brindar .
No se debe de consentir que hoy en día las monterías se muevan solo en parámetros mercantilistas, y parece ser que el único protagonista de ella es el que paga el puesto, cierto si, ellos mantiene con su dinero y hacen posible la jornada, pero sin el respeto y la tradición debida no sería una montería española, seria caza de cerco donde ya ocurre que lo importante son el número de piezas y no la calidad del lance, el lance se esta olvidado por el trofeo y lo grande que es el animal , a esto nos negamos en esta asociación de rehalas de Castilla León, sin rehalas no hay montería, sin lance, sin tradición, sin respeto, no hay montería el respeto hay que ganárselo y en el mundo de la rehala también nos tenemos que ganar ese respeto,.
También como no existen los especuladores, aunque solo son mercenarios sin respeto a los perros, ni a los monteros, pero por esos intereses actuales no se les debe quitar la importancia y el protagonismo que pueden tomar en un futuro por culpa de las exigencias de Organizadores que para contentar a sus clientes y como no a su bolsillo eligen el concurso de rehalas que lleguen paseen la mancha ,efectúen su cometido mas o menos con buena diligencia y no se mezclen con el resto de los participantes de la montería.
No son esas las personas que día a día hacen la montería, mejorando sus rehalas ,las condiciones de sus perreras, los medios de transporte para presentar en la junta los mejores perros y que todos disfruten de un buen día de caza, puedan comentar el lance con los demás actores de la montería y como no sentarse a la misma mesa de compañeros de afición.
Que los rehaleros se ganen el respeto y sean solidarios con el resto de sus compañeros, que el montero agradezca la labor de la rehala, que respeten ambos las sierras las formas y los modos que definen nuestra montería, que son , pureza, ética y tradición.

Dicha en el Perro.
Dicha en el Rehalero.

ALMAZAN. SORIA. 4 DE MAYO DE 2008