Felipe Vegue. Presidente de ARRECAL y de la ONC
Estamos en puertas del comienzo de la tempora da montera. Los distintos calendarios nos van llegando más tarde que de costumbre por la incertidumbre que todos padecemos y, casi al mismo tiempo, la escalada de contagios y brotes con confinamiento aumentan en la totalidad del país. Pareja a esta situación aumenta la ansiedad por planificar la temporada y muchos nos preguntamos si no es recomendable disponer de un protocolo específico de la COVID-19 para estar tranquilos en nuestras jornadas monteras y aumentar la seguridad de las normas generales que todos conocemos, ya que en lás monterías se viven situaciones específicas que no deben quedar sin respuesta ni protocolo.
Para que cualquier norma resulte eficaz hay que lograr la aceptación de la mayoría de los partícipes, así como que su empeño: seguridad y eficacia están unidas al compromiso de la mayoría. No vale el mal ejemplo dado por el Ejecutivo y las distintas administraciones que si por algo se han caracterizado es por dar palos de ciego, establecer medidas erráticas y la tardanza en implementar y obligar a cumplir con los protocolos.
Una de las asociaciones que presido, ARRECAL, desconociendo lo que se avecinaba -recordemos que el primer caso en España de COVID-19 fue en La Gomera en enero de 2020-, editó a comienzos de la temporada anterior (2019/2020), contando con la colaboración de nuestros técnicos, la Guía práctica para rehalas: cómo no perderse el comienzo de temporada.
De descarga gratuita para todos sin excepción y de la que Jara y Sedal se hizo eco en sus redes sociales, hoy esta guía me parece premonitoria: ni conocíamos ni se había hablado aún de esta pandemia, pero nos preocupaban otras enfermedades conocidas, puede que no tan agresivas pero igualmente preocupantes, como la tuberculosis, la brucelosis o la tan temida peste porcina africana (PPA) que afectan igualmente a nuestra economía y piezas de caza y que, cómo no, también podrían afectar a nuestros perros y -como ninguna parece estar libre de saltos y mutaciones- a las personas.
ESTA GUÍA RECOGE aspectos como la desinfección en el transporte, las vacunaciones, las desparasitaciones, cuestiones relacionadas con la Seguridad Social, documentos y un largo etcétera para no olvidarnos de nada que pueda hacernos perder algún día de caza o la temporada entera.
Hoy, la COVID-19 lleva unos meses fastidiando la vida y ha originado multitud de problemas que nos obliga a actualizar esta guía con recomendaciones y un protocolo para rehalas -ojo, de no hacerlo antes la Administración competente, que no creo-. Una actualización dirigida principalmente, por supuesto, a nuestros socios rehaleros y especialmente dedicada a las distintas modalidades de caza con perros, como batidas, monterías, resaques … algo que considero necesario. Con esta guía queremos dotar de más seguridad y respuestas a las circunstancias específicas que se dan en nuestras monterías, cumplimentando a las generales ya existentes.
Aún queda lejos el aislar, reducir o solucionar este caballo apocalíptico que nos toca vivir. En los encuentros monteros nuestras rehalas, como todos los demás artífices, participantes y auxiliares, deben seguir sí o sí unas normas que, por el bien de todos, no debemos obviar ni dejarnos caer en la confianza de conocer y tener asumida la atención que debemos prestar a la seguridad en nuestras monterías. Todos nos relajamos en muchos momentos y cumplir con cualquier norma es incómodo. El uso de mascarilla y gel hidroalcohólico y el frecuente lavado de manos son aptitudes de respeto y crean un espacio de convivencia para que todos sigamos disfrutando. Seguro que podemos prestar la suficiente atención y sentirnos mejor a pesar de tanta incomodidad.
(Puedes descargar aquí la versión actualizada en 2020 de la Guía práctica para rehalas)
Artículo publicado en Jara y Sedal en septiembre de 2020