La caza se comprende y admite por una gran parte de la sociedad rural y cuando menos se ignora por la sociedad urbana, sujeta como esta a influencias en casos y desconocimiento casi siempre de lo que es la caza, sin embargo ,en cada familia de nuestros pueblos hay un cazador comprendido por la sociedad donde habita, integrado en los usos y costumbre, inalterables que marcan los ciclos en la naturaleza, esto no ocurre en la urbes donde la vida del campo, sus usos y costumbres quedan lejos de ser entendidas Y POR LO TANTO ACEPTADAS.

Siempre hablando de la caza mas pura, enfrentamiento entre el hombre y el animal de igual a igual. De la caza mas salvaje con instintos de supervivencia desarrollados y donde el medio donde se practica, no tiene puertas, ni vallas, ni ataduras, donde el hombre pone el esfuerzo, el talento y el conocimiento de las especies objeto de su caza, el hecho donde el cazador aunque no cobre ninguna pieza si ha estado cazando, esta acción es suficiente para él.

La caza en este estado de libertad, es fácil de entender y explicar a la sociedad y cualquier planteamiento diferente de este hecho nos aleja más y más de los cánones de deportividad. Hay algunas modalidades muy rentables económicamente y son las que a menudo nos alejan de la realidad del autentico venador, además son publicitadas hasta la saciedad en medios de comunicación especialistas siempre y en ocasiones saltan a los medios generalistas y por ello conocidas por las masas, es cuando nos prestamos a participar en estas acciones que nada tienen que ver con la autentica caza, ofrecemos imágenes vacías de contenido y sin valor ético, ni venatorio ,no trasmiten ninguna sensibilidad por la caza, ya que trasmiten el mismo estereotipo por el cual luchamos e intentamos defender con argumentos injustificables para llamar caza a eso, cercones , juntas de carnes sin la mínima ética en el trato de las reses, fotografías fuera del trato respetuoso con la pieza abatida y que tanta satisfacción produce en el verdadero cazador escenas que nada tienen que ver con espíritu del cazador.

Además tenemos actuaciones de personajes que nunca les debemos llamar cazadores, que se mueven fuera de la Ley y sus normas como furtivos y delincuentes, aunque son admitidos en nuestras filas con una falsa condescendencia a sus actos.

También tenemos los que se pregonan grandes cazadores que disparan contra cualquier ser vivo , no se han molestado en prepararse adecuadamente o han llegado a n nuestro mundo con el snobismo propio que da el dinero, los que doblan puestos o utilizan el….. es mío… en todas las situaciones, los mátalas todas que utilizan la trofeitis como vanidad los que practican la caza artificial de granja o de cercones, pagan como caza genuina y autentica cuando de caza no tiene nada y además trasmite una pésima imagen de todo nuestro colectivo.

Los responsables de esta mala imagen son además de la minoría de cazadores delincuentes o furtivos que incumplen la Ley o no respetan las reglas tradicionales y legales que todos deben conocer, los medios de comunicación con sus métodos de venta, imágenes de falsa abundancia de lances que en nada se parece a la realidad, de artículos periodísticos, donde se alaban las virtudes del cazador de trofeos de multitud de piezas en un paraíso cinegético al alcance de muy pocos., también lo somos los cazadores que mirando hacia el otro lado nos convertimos en cómplices de esos mismos medios que muestran esta falsa cara de la cinegética como algo normal y no rechazable por todos.

Al colectivo de los cazadores nos juzgan por una minoría y esto tiene que terminar, los rehaleros formamos parte y tenemos nuestra cuota de responsabilidad de la mala imagen que podamos trasmitir no cumpliendo la legalidad o teniendo trato inadecuado con nuestros perros, instalaciones, transportes. Además los responsables de esta mala imagen no son la minoría de cazadores delincuentes o furtivos que incumplen la Ley o no respetan las reglas de la tradición, no escritas pero que todos conocemos, los medios de comunicación con sus métodos de venta de imágenes, de artículos de prensa, alabando las virtudes de unos y otros también, lo somos los cazadores que mirando hacia el otro lado nos convertimos en cómplices de esos mismos medios que muestran esa cara de la cinegética minoritaria como algo normal.

Al colectivo de los cazadores la sociedad nos juzgan por una minoría y esto tiene que terminar, los rehaleros formamos parte imprescindible de las mas tradicional, modalidad de caza de nuestra patria y somos imagen en muchas ocasiones del cazador de ética, tradición y herencia de nuestros antepasados y tenemos nuestra cuota de responsabilidad de la mala imagen que podamos trasmitir socialmente no cumpliendo con las normas legales o teniendo trato inadecuado con nuestros perros.

Que estas palabreas puedan servirnos para mejorar un poco mas y ofrecer a la sociedad aquello que todos deseamos trasmitir a nuestros hijos, las belleza y grandeza de la caza, las vivencias, los estímulos y el orgullo del cazador.

Asamblea anual de la Asociación de Rehalas de Castilla-León, ARRECAL.

BURGOS 16 de Junio de 2011