Era miembro de Adena desde hace más de veinte años.

La alarmante radicalidad que se ha extendido a muchos de los que antes se integraban como grupos ecologistas y ahora son exclusivamente anticaza está obligando a los cazadores a tomar medidas que, si no frenen, pongan en cuestionamiento la bandera del conservacionismo (ahora rancio), que enarbolan en exclusiva estos grupos, que últimamente  han dado un paso adelante hacia el fundamentalismo, abandonando posturas proteccionistas y verdaderamente ecologistas.

El Presidente de la Federación de Caza era miembro de Adena desde 1991 “pensando que ser cazador no era impedimento para defender la Naturaleza sino todo lo contrario“ y así lo constataban los hechos de la otrora referente organización ecologista. Nunca nadie de la dirección o de cualquier otro órgano cuestionó su condición a sus miembros e incluso estableció acuerdos de colaboración con la Federación de Caza.

Arrastrada por el ambiente oportunista  y cediendo a la presión demagógica del sector animalista más radical, utilizan una cuestión que la opinión pública reprueba por la oportunidad política o económica para poner en cuestión una actividad que se realizaba de forma legal por S.M. el  Rey, demonizando a la persona y a la caza.

Con el 1,4% de los votos de los socios se suprime la Presidencia de Honor de la entidad que ostentaba el Rey Don Juan Carlos I por desarrollar una actividad legal, más o menos afortunada en los tiempos y en las formas pero que en  ningún caso   entraría en colisión con los fines proclamados por la citada asociación. No creo que a nadie sorprenda a estas alturas el conocer que el Rey es y ha sido siempre cazador, cuestión que cuando se otorgó la Presidencia de Honor no pareció tener mucha importancia.

Sería muy complicado ponernos a explicar aquí para el resto de ciudadanos no cazadores la importancia que la actividad cinegética tiene para la sociedad. No sólo económica, que en las actuales circunstancias sería una buena justificación, sino sobre todo medioambiental. Y aunque para el profano pueda chocar, incluso la caza ordenada de elefantes, que es necesario controlar en sus poblaciones para que no arrasen los cultivos de zonas muy deprimidas de África y como fuente única de riqueza de muchas áreas del continente. En un ambiente más doméstico es fundamental para el medio ambiente y las personas el control de las poblaciones de conejos, ungulados, etc (daños a cultivos, enfermedades, accidentes en carretera, etc.)

Si WWF España considera que los cazadores no son dignos de integrarse en sus filas, estos tendrán que redirigir su colaboración a través de otras entidades. Los cazadores tenemos que empezar a plantar cara a las distintas  situaciones que los grupos radicalizados nos plantean día a día y trabajar por la actividad cinegética sostenible y compatible con la conservación del medio ambiente.