Aunque mucho me temo que es más de lo mismo solucionamos unos cuantos paganinis las finanzas de algunos sinvergüenzas que se escudan y echan la culpa a los de siempre eso cuando se les ve después de cobrar o que sin más desaparecen y si te he visto no me acuerdo, dejándonos como siempre compuestos y sin novia…..A ver cuando aprendemos….O por lo menos a protestar y reclamar lo que de verdad nos ofrecen y cobran.
La Montería.
No hace tantos años en nuestra Región la caza mayor se practicaba en muy pocas lugares casi siempre con poca gente y perros donde lo importante era la amistad el compañerismo y de haber algún lance y cobro de alguna res se celebraba como un éxito colectivo, actualmente los jabalís, ciervos, y corzo han vuelto a sus antiguos dominios y se populariza la caza mayor en Batidas y Monterías, con imitación de las que se celebran de forma tradicional en Comunidades sobre todo del Sur Peninsular.
Esto hecho que ha posibilitado la práctica de su caza por muchas de las personas que antes de la llegada y colonización de especies de caza mayor a nuestros montes se dedicaban a la caza menor, cambien usos y costumbres y por la escasez de la menor ocupen muchas de sus jornadas a la caza mayor y sus modalidades.
Así Batidas y Monterías toman carta de naturaleza en nuestra Región y se comercializan sin la suficiente garantía y experiencia , pensando en la mayoría de las ocasiones en el resultado económico como motivo principal para hacer frente a los cada vez más abundantes gastos que tienen los Cotos de caza en Seguros y Arriendos y la exigencia también cada vez mayor por parte de los agricultores de dinero para paliar los daños que estás producen , motivos de garantía para pasar una buena jornada a sabiendas del azar del resultado, pero hay otros motivos el más frecuente de ellos el económico sin más, se arriendan cotos en cantidades desorbitadas ,y los arrendadores aprovechan su rendimiento en otros cometidos como recechos comerciales, esperas nocturnas , o cazando ellos mismos, para aún sabiendo que la cosecha ha sido recogida ,organizar y comercializar lo inexistente , eso sí, teniendo al lado a pobres incautos y participantes a los que luego descargar las culpas.
Con estas premisas ocurre en la mayoría de ellas que los resultados son mínimos o inexistentes, estando a la orden del día el cero más absoluto, y en algunas basta la presencia de un marranete para justificar la batida y ocultar el fracaso.
Las garantías:
Hay unas condiciones mínimas para montar una Montería con algunas posibilidades de éxito y no culpar del fracaso a los mismos de siempre que suelen ser la parte más débil aunque más necesaria de la montería, los rehaleros que si no buenos, que si los perros no sirven y demás disparates que lo único que persiguen es el enmascaramiento del fracaso, engaño o estafa que de todo hay, de los organizadores hacia monteros de buena fe que están hartos de tanta tomadura de pelo.
La más importante es la comprobación de la existencia en la mancha a batir de suficientes rastros y señales de la presencia de animales, además de comprobar los senderos y entradas habituales a los sitios de alimentación y la vuelta a los encames, la mancha deberá disponer de al menos 2 meses de tranquilad absoluta sin practicar otro tipo de caza en su interior.
No se pueden organizar monterías o batidas en manchas donde se cace a la espera, o se tengan maizales pendientes de cosechar, o se estén practicando trabajos silvícolas, cortas y aclareos, o esté en plena recolección de de setas o níscalos, o cualquier causa que altere la rutina y tranquilidad de la zona.
Los puestos de la cacería se deben montar con quince días de anticipación para evitar elementos extraños, voces o sonidos que alteren a los animales, los días anteriores a la misma solo transitaran las personas y vehículos que lo hagan habitualmente.
Las distancias a que se montan los puestos es cuanto menos demencial nos encontramos muchos a 50 metros de distancia entre ellos como norma ,como si fuera una situación de cerco extremo y exterminio, hay que situarlos a la suficiente distancia entre ellos que posibilite seguridad suficiente en la salida del animal y que sea imposible que el disparo, precipitado en algunas ocasiones y el encare del arma enfile al puesto vecino, en terrenos llanos y con visibilidad suficiente ,150 metros a 200 metros es una buena distancia, en montes fuertes donde el terreno es enmontado, situarlos en los pasos ó veredas de fauna, en las salidas naturales y con suficiente seguridad en el disparo y que la bala entierre su trayectoria, no acudir a Monterías que el número de puestos sea tan elevado que parezcan romerías populares .
La superficie de la mancha a batir y las rehalas a utilizar debe de ser lo suficiente para que trabajen cada una en su lugar sin cruces ni injerencias en la caza, por regla, aunque no general, ya que cada monte es distinto, no habría que montear una mancha de 500 hectáreas si no acuden con un mínimo de 6 rehalas y siempre intentar un cara y cruz del terreno, sobre todo en montes sucios y agrestes.
Es contraproducente después de la llegada masiva de cazadores de la menor hacia esta modalidad alargar la batida ó Montería mas allá de las 4 horas, vemos como se abandonan los puestos habitualmente y se estropean muchas jornadas de caza, mientras están las rehalas cazando, los participantes están comiendo en la junta.
Las posturas se deben montar empleando los mínimos vehículos y siempre en silencio evitando todo tipo de ruidos, portazos y conversaciones, evitar tractores o vehículos agrícolas, carecen de seguros de RC para los trasportados y son inseguros.
El postor debe indicar al cazador la dirección de la batida y la situación que tienen los puestos, al menos los más cercanos, evitando que se doblen los mismos o que a los mismos acudan acompañantes que puedan estropear o molestar con sus aptitudes a la batida, evitar que los cazadores ocupen puestos de ventaja o inseguros, como mejorarse ó subirse a arboles o cambiar el puesto tiene la obligación del levante de los puestos una vez terminada la cacería, marcar las reses con el cazador y la ayude al cobro de las heridas, una vez terminada la montería acompañar a los encargados de la retirada de las reses y depositarlas en la junta de carnes, evitando que los puestos se conviertan en vertederos de basura o quede señal alguna del paso de los monteros.
El Organizador o Capitán de Montería, debe dar las explicaciones oportunas sobre la mancha a batir, sus especies, el número de rehalas, plano de la zona y situación del puesto, normas a ser posible escritas, indicaciones de suelta y recogida de las rehalas y demás elementos que incidan en la misma, mediar en disputas de sangre ,evitar que se doblen puestos y seguir con sus indicaciones la buena marcha de la batida la mayoría de las ocasiones no debe participar en la cacería ocupando puesto para poder rectificar los problemas que puedan surgir en su desarrollo.
En las manchas que sean desconocidas a las rehalas o si hay alguna que no conoce el terreno se les debe proporcionar guías o auxiliares conocedores del mismo, se les debe tratar con consideración , antes, durante y después de la Montería, auxiliándoles en la recogida de perros, dirigiéndose con ellos a la suelta y si algún montero tienen algún accidente con perros de la rehala indicárselo ,no ocultarlo ,hay veces que se les hace regresar una y otra vez en busca de un perro extraviado y es de conocimiento de asistentes a la montería lo ocurrido con el animal.
La organización, tiene que tener previsto, personas y medios para la retirada de las reses. tratar a las mismas en la Junta de carnes con la debida consideración, exponiéndoles colocadas, retirando los despojos, y evitar los documentos gráficos que no traten al animal con el respeto debido a la pieza y a su lance, en Monterías de mata cuelga, obligar a la presencia de las reses en la junta de carnes, evitar las prisas y la desbandada general a la que se están acostumbrando nuestras Monterías, cuando salimos de caza mayor , es un hecho tan noble que no termina hasta la exposición de las presas y su homenaje por parte de los asistentes.
Las condiciones climatológicas, la lluvia el viento, el frio son peculiaridades de nuestra tierra, la Montería no termina hasta que no se retiran las rehalas de las manchas, si el Montero abandona el puesto por estas circunstancias debe de ser sancionado o cuando menos apartado de esta práctica de caza y es misión del Organizador advertir de estas condicionantes.
La organización y sus auxiliares al menos deben presentarse con ropa discreta y a ser posible de usos tradicionales, se pueden adoptar alguna señal que nos de mas protección tanto a organización como a monteros haciéndonos visibles, pero huir de chaleco reflectantes o de obras públicas, la Montería es tradición no un arcén de carretera.
El antes, el durante y el después de estas consideraciones Monteras no termina con estas líneas, hay reglas escritas de comportamiento recogidas en el Manifiesto de la Montería aprobadas por todas las Organizaciones de caza en nuestro país y otras no escritas de respeto, educación y tradición que hacen que la Montería Española sea envidiada en muchos países que aún respetando sus tradiciones carecen del tipismo y sabor de esta actividad con ocho siglos a sus espaldas.
Es obligación por lo tanto del Organizador o la Orgánica o Presidente del coto de caza que quiera dar en sus terrenos una Montería el conocimiento de estas mínimas reglas y la preparación necesaria para el buen fin de la misma ya que en el mismo momento que se exige el pago de cualquier cantidad por la participación en la Montería hay que exigir la contraprestación del obligado cumplimiento de sus normas, solo así en nuestra Comunidad avanzaremos y haremos justicia a nuestras tradiciones.
ASOCIACION DE REHALAS DE CASTILLA Y LEÓN. “ARRECAL”.